martes, 20 de noviembre de 2012

PROFUNDO CORAZÓN




por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com




Latiendo el tan ingenuo,
por una que se ríe si se muere
reviviendo dos días de pasión,
no sabe el gran dolor que está causando.

Si yo tuviera un órgano robot,
en vez de tan profundo corazón
hinchado a reventar en sentimiento,
bajo riesgo de autopsia prematura
con dientes como garras
de cuajo y para ella arrancaría
este sensible músculo
que cabe entre dos manos
palpitando en mi contra sin piedad...




© Claudio Madaires (CAGB) De su libro Sólo los amantes tienen siete vidas


AMOR SOÑADO



por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com




Abre tus alborales verdes ojos.

Ábreme, por favor, tus ojos puros,
y mira si los míos no te besan.

Tus besos son reflejo del rocío;
los míos, de los labios de la Tierra.

Yo beberé de ti,
besándote los ojos lagrimeantes
de amor que fue soñado,
cada vez que se abran cuando el Sol.




© Claudio Madaires (CAGB) De su libro Sólo los amantes tienen siete vidas


viernes, 31 de agosto de 2012

ACERO Y UÑAS EN MI PECHO


por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


¿De qué clase es mi amor, amante mía,

me preguntas después del sexo puro,
de tal pasión por ti en el cuarto oscuro
que aunque fuera inmortal no me hartaría?

Contigo seré blando y seré duro:
civilizada y bárbara mi hombría.
Y tú has de ser perpetua esclava mía:
bien dócil o rebelde —te lo juro.

Nuestro amor no será cosa tranquila;
ni límites habrá en nuestra pasión,
ya aurora o noche erótica en el lecho.

Seas tigra o cual flor, cual frágil lila,
no podrás escapar de este varón
ni hundiendo acero y uñas en su pecho.



© Claudio Madaires (CAGB) De su libro Sólo los amantes tienen siete vidas


martes, 31 de julio de 2012

KAMASUTRA

por CLAUDIO MADAIRES

claudio.madaires@gmail.com


Aprendí profundas cosas, dignas de ser conocidas,

de Vatsyáyana el muy sabio, de vírgenes y perdidas.


Me inculcaron mil mujeres ciencia de besos y abrazos;

y a gozar, mientras sufriendo, orgasmos y latigazos.


Sé de las sesenta y cuatro y sus lenguas innombrables.

Poseí cuerpos perfectos entre amantes admirables.


Pero el telón va cayendo, y, tras mortal maquillaje,

voy desnudándome todo del erótico ropaje.


Cual actor de kathakali, hoy confesaré sincero

que nunca hallé mutuo amor, aunque incansable viajero.


Y aquí me ven, traicionado, ya sin sed de irrealidad,

recordando su perfume cual esencia de piedad.


Ella elegirá marido de entre ricos pretendientes.

Los demás adoradores hemos de ser sus sirvientes.



© Claudio Madaires (CAGB). De su libro Índice de amores prohibidos



miércoles, 27 de junio de 2012

LOS ESTEPARIOS

por CLAUDIO MADAIRES

claudio.madaires@gmail.com



Somos la Realidad.

Somos la Soledad.

Ya no nos soportamos.


Vivimos como autómatas,

disfrazados de humanos,

con perdida esperanza del amor.


Demasiado Universo

a merced de la cosa transitoria,

de la cosa banal hasta la náusea,

de la cosa engranaje

sin un soplo de vida tras la vida,

ni futuro en espejo hacia el futuro.


Para peor, esfuerzo carcelario

nos cuesta el malvivir inútilmente

en un cuerpo de mente metafórica.


Entonces, resignados,

nos evadimos horas y más horas:

algunos a las artes;

algunos a las drogas;

algunos a la informe obesidad;

algunos a las sórdidas pasiones...


Lo mejor, francamente,

¿es nunca haber nacido?


Pues sin amor ni puente a ser amados,

sin humilde semilla

de lágrima de amor,

lo mejor es cruzar y cuanto antes

este erial para seres esteparios.


© Claudio Madaires (CAGB). De su libro Índice de amores prohibidos




jueves, 10 de mayo de 2012

TU SED INSOPORTABLE DE MI AGUA

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Como si me bastara y me sobrara,
en la garganta muda del Desierto
tú reclamas con voz de negra arena
perfumada de sed del frío viento
por agua que es tan poca y que es apenas...

Mientras seas de arena y aire negro,
un reflejo ilusorio del Desierto
—del cual mientes que amante escapa amando—,
olvídate del agua de este hombre
tras haberla secado a tantos otros.

¿Saciar por breve tiempo hasta mi muerte
tu sed insoportable de mi agua,
a cambio de un crepúsculo espejismo
rojo abierto de labios y de piernas,
y una bóveda huera hasta de Luna,
perversa tu melena constelada
de Noche sin amor y sin piedad?


© Claudio Madaires (CAGB). De su libro Índice de amores prohibidos



martes, 24 de abril de 2012

SANGRE IRRACIONAL DEL CORAZÓN

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


¿Por qué me ha reducido
a negra bestia, siendo blanco hombre?

¿Por qué me ha reducido
a monstruo servilmente desmembrado?

Me ha modelado en barro de su antojo
a bípedo sufriente y vulnerable,
cual ser de gelatina a su capricho.

Que le devuelva forma original
a mi ansiedad de sobras palpitante,
a mi cerebro ebrio de esperanzas,
absurdo en su pasión y delirante
de sangre irracional del corazón.


© Claudio Madaires (CAGB) De su libro Donde los amantes no se atreven

viernes, 23 de marzo de 2012

ENFERMA OBSESIÓN

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Yo deseo tu vida y tú mi muerte;
yo deseo dar rosas y tú espinas.
No duermo por saber dónde caminas,
por soñar cada noche en poseerte.

Te exijo junto a mí cuando despierte.
Sé que soy como ciego entre neblinas;
mas dudo de hechiceras medicinas
que me arranquen la idea de obtenerte.

Dile adiós a la vida si traicionas
las flores que te impongo, rojas rosas.
Aunque no sufrirás algún maltrato,

no tendré corazón si me abandonas:
sólo garras felinas, impiadosas,
ratoncita cogida por un gato.


© Claudio Madaires (CAGB) De su libro Sólo los amantes tienen siete vidas

ESPEJO DE MUJER DESNUDA

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Es inútil que finjas. Sé quién eres.
Tus sueños, los que causan mis desvelos,
son fantasías sórdidas; tus celos,
son como simple renta de alquileres.

Ya eres igual a las demás mujeres:
te entregas al más cruel, al que tus velos
arranca al desnudarte, al que a los suelos
arroja todo amor, mas da placeres.

Asfixiaste el perfume adolescente,
y de virgen las frígidas maneras,
y los prístinos ojos sin pasado.

Te estimula lo obsceno, lo indecente,
la atroz brutalidad de lo desviado...
Yo amaba a otra mujer, la que tú eras.


© Claudio Madaires (CAGB) De su libro Sólo los amantes tienen siete vidas

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